Bitcasa: Se trata de
un servicio de almacenamiento de datos en la nube de Internet, Bitcasa ofrece
10 GB de espacio gratuito, los cuales podemos ampliarlos teniendo
bonificaciones de espacio adicional por cada referido y nos aumentara un giga
de espacio.
Características: Es un servicio
estadounidense de almacenamiento en nube que ofrece un espacio ilimitado
de almacenamiento a un precio muy reducido. Aunque inicialmente fue lanzado en
2011, tras un periodo de sucesivos problemas y sus consiguientes pruebas de
mantenimiento Bitcasa volvió a salir al mercado el 6 de Febrero de 2013.
Debido a la existencia de otros programas
con funciones similares, Bitcasa opto por diferenciarse de estos presentándose
como el primer servicio del mundo con un disco duro cifrado en la red,
con capacidad de llevar los datos a cualquier lugar del mundo.
Aun así, son numerosas las quejas
por parte de los usuarios que encuentran problemas tanto en el funcionamiento
del programa como a la hora de carga y subida de archivos; incluso se ha
llegado a especular con la posibilidad de que le programa haya sido lanzado de
forma prematura sin que estuviera totalmente preparado para su correcto
funcionamiento.
Ventajas: Todo fácil,
simple y ordenado cuando se saca la tarjeta de crédito y se opta por
confiar en una empresa para proveer de manera mensual contenidos, ellos también
serán los encargados de mantener en orden todo lo que compremos para ofrecerlo
de manera limpia y fácil de acceder. Por ejemplo, en el caso de compañías como
Netflix o Spotify, la biblioteca de medios es gestionada por dichas empresas y
su gran enfoque es la creación plataformas fáciles de utilizar, donde sólo sea
necesario entrar y presionar “play” para estar disfrutando por lo que pagamos.
Accesible desde cualquier lugar. Cuando una empresa
almacena de manera central la información, sólo es necesario un aparato que
tenga acceso a Internet para ver lo que hemos adquirido. Casi todas las
compañías están conscientes de que el usuario espera que sus películas, música
y archivos estén a la mano desde cualquier parte, por lo que se invierten
grandes esfuerzos por proveer de herramientas para entrar a los portales y
poder reproducir en un gran número de dispositivos.
Un precio reducido. Tradicionalmente, los productos
digitales se otorgan a través de la venta de una única licencia que entrega los
derechos de por vida al consumidor, manteniendo la propiedad de su compra hasta
siempre. Pero cuando por ejemplo se adquieren programas y herramientas como
Office o Photoshop a modo de alquiler, no se cancelan cientos de dólares de
entrada y de hecho, el costo es considerablemente inferior para cuando pagamos
una suscripción mensual.
Comodidad al momento de la compra: Años atrás, para
alquilar una película había que salir y encontrar el local de Blockbuster más
cercano, llevar dinero en efectivo y a veces invertir tanto tiempo en conseguir
el filme como la duración del mismo. Pero en la actualidad y gracias a portales
como Netflix, una vez al mes se cancela una cuota a través de Internet pagando
con la tarjeta de crédito, algo realizable desde la comodidad del hogar y a
sólo un par de clicks de distancia.
Desventajas: Total
dependencia a Internet, Si bien tener los datos en la nube de Internet los hace
accesibles desde cualquier lugar, supone la omnipresencia de una conexión de
datos como requisito fundamental para disfrutar los contenidos adquiridos. ¿Y
si no hay conectividad? No se puede escuchar música, ni ver películas o acceder
a los documentos.
No existe la propiedad: Accediendo a todo desde la
red sólo cuando lo necesitamos, no existe un sentimiento de pertenencia sobre
lo que pagamos, transformándose en contenido desechable. Las películas en
Netflix están disponibles sólo hasta que se acaba la suscripcion, al igual que
la música y otros contenidos.
Lo que compras ya está gratis: Una de las primeras
aplicaciones que se le dio a Internet fue el compartir música y películas. Más
tarde llegó la piratería. Y la prensa independiente, por la que no hay que
pagar.
Catálogo limitado de contenidos: Específicamente en
el caso de proveedores de multimedia, el catálogo de contenidos está limitado a
lo que empresas como Spotify o Netflix puedan conseguir, no estando disponible
“toda la música del mundo.
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